Escalada de tensión entre EEUU y Venezuela por narcotráfico
La relación entre Estados Unidos y Venezuela ha entrado en una nueva fase de tensión, marcada por el despliegue militar estadounidense en el Caribe y las fuertes acusaciones contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Tras un breve período de distensión, que incluyó la renovación de la licencia de la petrolera Chevron y un intercambio de prisioneros, el gobierno de Donald Trump ha endurecido su postura. La Casa Blanca ha elevado la recompensa por información que conduzca a la captura de Maduro, acusándolo de liderar el “Cartel de los Soles”.
Despliegue militar y acusaciones directas
Estados Unidos ha desplegado tres destructores, 4.000 marines, aviones de combate y submarinos en los límites marítimos de Venezuela, en una operación declarada contra el narcotráfico. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que Estados Unidos está decidido a usar “todo su poder” para frenar el tráfico de drogas desde Venezuela.
“El régimen de Nicolás Maduro no es el Gobierno legítimo de Venezuela. Para esta Administración, Maduro es un narcotraficante, un líder fugitivo de este cartel”, declaró Leavitt, elevando el tono de las acusaciones.
Respuesta de Venezuela y preocupación regional
El gobierno venezolano, aunque acostumbrado a las tensiones con Washington, parece haber tomado esta escalada con mayor seriedad. El canciller venezolano, Yvan Gil, emitió un comunicado advirtiendo que las amenazas de Estados Unidos “no solo afectan a Venezuela, sino que ponen en peligro la estabilidad de toda la región”.
La situación genera preocupación en la región, especialmente considerando la reciente declaración de la Celac como “zona de paz”. La escalada militar y las acusaciones podrían desestabilizar la región.
Implicaciones y perspectivas
El despliegue militar y las fuertes acusaciones sugieren una estrategia más agresiva por parte de Estados Unidos hacia Venezuela. Queda por verse si esta presión logrará los objetivos declarados de combatir el narcotráfico o si, por el contrario, agudizará la crisis política y económica en el país sudamericano. La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de los acontecimientos.