La posibilidad de un cambio en el huso horario argentino ha resurgido con fuerza, impulsada por la reciente aprobación en la Cámara de Diputados de un proyecto de ley que busca retrasar una hora los relojes en todo el país. La iniciativa, promovida por el diputado Julio Cobos, plantea modificar el huso horario actual de UTC -3 a UTC -4, buscando una mayor concordancia con la hora solar que corresponde geográficamente a la mayor parte del territorio argentino.
¿Por qué se propone este cambio?
Según el Sistema Internacional de Husos Horarios, la mayor parte de Argentina debería estar ubicada en el huso UTC -4, mientras que la zona cercana a la Cordillera de los Andes correspondería al UTC -5. El actual UTC -3, fijado formalmente en 1969, ha generado un “desfasaje histórico” que, según Cobos, afecta la calidad de vida y genera gastos innecesarios debido al mayor consumo de electricidad.
El impacto en el reloj biológico
Especialistas en cronobiología señalan que el reloj biológico humano necesita sincronizarse con la luz natural para un correcto funcionamiento. La luz matutina es crucial para regular el ciclo circadiano, mejorar el estado de alerta y el ánimo. El actual huso horario dificulta la exposición temprana al sol, lo que podría alterar los ritmos internos y afectar el rendimiento físico e intelectual.
¿Qué es la hora solar y cómo se diferencia de la hora oficial?
La hora solar se basa en el movimiento aparente del Sol, tomando como referencia el mediodía solar, el punto más alto del Sol en el cielo. La hora oficial, en cambio, es una convención que permite que una franja de la Tierra comparta el mismo horario. Idealmente, la hora oficial debería ajustarse lo más posible al mediodía solar.
Controversias y opiniones divididas
Si bien el proyecto cuenta con defensores que argumentan beneficios como el ahorro de energía y una mejora en el rendimiento escolar, también existen voces críticas que consideran la medida como una mala decisión. El científico Diego Golombek, por ejemplo, advierte que el proyecto es incorrecto y desaconseja la alternancia entre los husos -4 y -3 según la estación del año, como plantea la iniciativa. La incertidumbre sobre la reacción de la población, el sistema educativo y la industria también genera debate.
La propuesta plantea que el 1° de abril de 2026 se atrasaría el reloj una hora y luego, en septiembre, se volvería a adelantar al huso horario actual. Ahora, el proyecto deberá ser debatido en el Senado para convertirse en ley, donde se espera un análisis exhaustivo de los posibles impactos y beneficios de esta modificación horaria.