El Concejo Municipal de Rosario aprobó una ordenanza que permitirá la construcción de torres de hasta 120 metros de altura en zonas específicas de la ciudad. La decisión, impulsada por el intendente Pablo Javkin, ha generado un intenso debate entre quienes ven en ella una oportunidad para el desarrollo urbanístico y quienes advierten sobre posibles consecuencias negativas.
El Debate en el Concejo: Apoyos y Críticas
La aprobación de la ordenanza no fue unánime. Contó con el apoyo del peronismo dialoguista y de los libertarios, pero no con el del socialismo. La concejala Fernanda Gigliani, de Iniciativa Popular, expresó su preocupación por la falta de normativas claras que eviten que la ordenanza se convierta en un "traje a medida" para ciertos desarrolladores inmobiliarios.
Gigliani advirtió que estas mega construcciones no pueden levantarse en áreas con déficit de infraestructura y sin un plan urbano consensuado. "La construcción es una de las actividades más dinámicas de la economía y creadora de puestos de trabajo, que necesita incentivarse y promoverse desde el Estado, pero nunca sin un plan urbano consensuado", afirmó.
¿Dónde se podrán construir las torres?
La normativa establece que las torres de perímetro libre podrán implementarse en el área central delimitada por bulevar Oroño, avenida Pellegrini y el río Paraná, en zonas definidas como “área de tejido 1” (primer anillo perimetral al área central), en corredores urbanos y en el denominado Frente de Renovación Urbana Rondeau. Quedan excluidas las áreas de reserva para planes de detalle o planes especiales fuera del casco céntrico, las parcelas frentistas a pasajes y aquellas ubicadas sobre los corredores urbanos Eva Perón y Rivarola, entre avenida de Circunvalación y el límite del municipio.
Impacto Urbanístico y Gentrificación
Uno de los principales temores de los detractores de la ordenanza es el impacto que estas construcciones puedan tener en la infraestructura existente, especialmente en zonas de calles angostas y veredas reducidas. También se advierte sobre posibles procesos de gentrificación, que podrían desplazar a los residentes de menores recursos.
La discusión sobre la construcción en altura en Rosario continúa abierta. Será fundamental monitorear de cerca la implementación de la ordenanza y sus efectos en el tejido urbano y social de la ciudad.