El nombre de Robert Citrone, fundador de Discovery Capital, resuena en los pasillos donde se fraguó el acuerdo entre Argentina y Estados Unidos. Aunque discreto en apariciones públicas, su cercanía con Luis Caputo y Scott Bessent lo convierte en una figura central en la trama financiera que rodea al gobierno de Javier Milei.
Citrone: El especulador que gana millones en Argentina
Discovery Capital, con un capital de 20 mil millones de dólares, genera, según informes, cerca de dos millones de dólares diarios especulando en los mercados argentinos. Esta ganancia estratosférica se sustenta en una red de contactos que une Buenos Aires, Washington y Wall Street, permitiendo acceso a información privilegiada y beneficios impensados.
El "salvataje" estadounidense al gobierno de Milei, lejos de ser altruista, parece diseñado para favorecer a aquellos que apuestan por el país, siempre y cuando se les garantice ganancias millonarias a costa del pueblo. ¿Cómo se gestó esta trama?
Los orígenes: Soros y el Quantum Fund
La historia de Citrone y Bessent se remonta a tres décadas atrás, en el Quantum Fund de George Soros, donde también coincidieron con Stanley Druckenmiller. Este encuentro fortuito marcaría el inicio de una relación que, años después, influiría en la política económica argentina.
Milei entrega el control a Bessent: ¿Un salvataje con condiciones?
Los anuncios económicos ya no se dictan en Buenos Aires, sino en Washington. Scott Bessent, designado por la administración Trump, actúa como vocero y administrador del peso argentino. Su intervención va más allá de la asistencia financiera, marcando una cesión de soberanía económica por parte del gobierno nacional.
Los mensajes de Bessent en redes sociales tienen más peso que los comunicados oficiales del Banco Central o del Ministerio de Economía. Su promesa de que el Tesoro estadounidense tomará "medidas excepcionales para proporcionar estabilidad a los mercados" es un respaldo crucial, pero no gratuito.
El apoyo estadounidense tiene un precio. No solo busca estabilizar el mercado, sino también sostener la campaña del oficialismo. La factura, sin duda, será alta. La estabilidad del mercado y la campaña electoral están en manos de Scott Bessent y Donald Trump, consolidándose como los pilares de una carrera electoral delegada en la Casa Blanca. La pregunta es: ¿a qué costo?