El 12 de octubre se acerca, una fecha que tradicionalmente conmemora el encuentro entre Europa y América. Sin embargo, en los últimos años, ha surgido un debate profundo sobre la pertinencia de celebrar lo que muchos consideran el inicio de un período de conquista y opresión para los pueblos originarios del continente.
Un Día de Reflexión, No de Celebración
Lejos de la visión idealizada que se promueve en ciertos sectores, el 12 de octubre se ha convertido en un día para reflexionar sobre el impacto del colonialismo en las culturas y sociedades americanas. Se cuestiona la narrativa eurocéntrica que glorifica la llegada de Cristóbal Colón, ignorando el sufrimiento y la resistencia de los pueblos indígenas.
El Discurso Oficial y la Realidad Histórica
En 2024, el gobierno de Javier Milei generó controversia al difundir un video celebrando el "Día de la Raza" y resaltando el "progreso y civilización" que trajo Colón a América. Este tipo de discursos ignora la perspectiva de las comunidades originarias y perpetúa una visión sesgada de la historia.
Más allá de las palabras, las acciones del gobierno también han sido objeto de críticas. La derogación de la Ley Nacional 26.160 de Emergencia Territorial Indígena y la disolución del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) son medidas que atentan contra los derechos de los pueblos originarios y profundizan la desigualdad.
¿Cómo Conmemorar el 12 de Octubre?
En lugar de celebrar la llegada de Colón, es fundamental conmemorar el 12 de octubre honrando la memoria y la resistencia de los pueblos indígenas. Esto implica:
- Reconocer y valorar la diversidad cultural de América Latina.
- Promover el respeto por los derechos de los pueblos originarios.
- Educar sobre la historia desde una perspectiva crítica y plural.
- Apoyar iniciativas que fortalezcan la autonomía y el desarrollo de las comunidades indígenas.
Un Llamado a la Acción
El 12 de octubre no debe ser un día de festejo vacío, sino una oportunidad para construir una sociedad más justa e inclusiva, donde se reconozca y valore la riqueza de las culturas originarias.
Es crucial recordar que la historia no es un relato estático, sino un proceso en constante construcción. Al cuestionar las narrativas dominantes y dar voz a los silenciados, podemos avanzar hacia un futuro donde la diversidad cultural sea un motivo de orgullo y no de exclusión.