Oklahoma está experimentando un cambio significativo en su política educativa. El nuevo jefe de escuelas del estado ha revocado el plan de su predecesor, Ryan Walters, de incorporar la Biblia en el currículo escolar. Esta decisión marca un claro alejamiento de las políticas de extrema derecha que Walters implementó durante su mandato.
El controvertido legado de Ryan Walters
Ryan Walters, conocido por su agenda conservadora, renunció el mes pasado para unirse al grupo Teacher Freedom Alliance. Durante su gestión, impulsó un currículo de extrema derecha y buscó colocar 55,000 Biblias en las escuelas públicas, lo que generó fuertes críticas por parte de defensores de la separación entre la iglesia y el estado. También intentó obligar a las escuelas a reproducir un video de él orando por Donald Trump y establecer capítulos de Turning Point USA de Charlie Kirk en todas las escuelas secundarias del estado.
Nombramiento de Lindel Fields y nuevo rumbo
El gobernador Kevin Stitt nombró a Lindel Fields para el cargo, declarando que "en mis últimos siete años, ha quedado claro que el funcionamiento de esta agencia y el bienestar de los estudiantes de Oklahoma han quedado relegados a las ambiciones políticas del individuo que ocupa este puesto".
La decisión de Fields: Adiós a la Biblia en las aulas
El miércoles, Fields anunció que "no tiene planes de distribuir Biblias o un currículo de educación de carácter bíblico en las aulas" y que tiene la intención de presentar una moción para desestimar el litigio en curso sobre la política. El año pasado, 32 demandantes, incluidos 14 padres, cuatro maestros y tres líderes religiosos, demandaron a Walters por su mandato bíblico.
En marzo, la Corte Suprema de Oklahoma bloqueó temporalmente al Departamento de Educación del estado la compra de Biblias con el dinero de los contribuyentes y la implementación del currículo bíblico mientras el caso estaba pendiente. Más de 500 Biblias fueron compradas para las clases de gobierno de Colocación Avanzada bajo la dirección de Walters antes de su renuncia.
La decisión de Lindel Fields representa un cambio de rumbo en la política educativa de Oklahoma, priorizando el bienestar de los estudiantes y la separación entre la iglesia y el estado.