El huracán Melissa, ahora de categoría 5, se cierne sobre Jamaica y otras islas del Caribe, generando una alarma generalizada. Con vientos devastadores de hasta 260 km/h, la tormenta amenaza con inundaciones catastróficas y deslizamientos de tierra, poniendo en peligro la vida de miles de personas.
Jamaica en Máxima Alerta
El gobierno de Jamaica ha emitido órdenes de evacuación obligatoria para las comunidades costeras más vulnerables, incluyendo áreas de Kingston. La población se prepara para enfrentar lo peor, mientras los meteorólogos instan a buscar refugio seguro de inmediato. La lentitud con la que avanza Melissa agrava la situación, prolongando la exposición a condiciones climáticas extremas.
Jamie Rhome, subdirector del Centro Nacional de Huracanes (NHC), advierte sobre un evento catastrófico para Jamaica, con pronósticos de hasta 1 metro de lluvia. “Deben quedarse donde están y prepararse para soportar esto durante varios días,” enfatizó Rhome, subrayando la urgencia de no salir después del atardecer.
Tragedia Previa en Haití y República Dominicana
Antes de amenazar Jamaica, Melissa ya ha dejado una estela de dolor en Haití y la República Dominicana, con al menos cuatro fallecidos a causa de las intensas lluvias y deslizamientos de tierra provocados por sus bandas exteriores. Un adolescente se encuentra desaparecido en Santo Domingo, mientras las autoridades continúan la búsqueda.
El Caribe en Vilo
El NHC advierte sobre vientos destructivos, marejadas ciclónicas e inundaciones catastróficas que se intensificarán en Jamaica. Se espera que Melissa impacte la isla como huracán este lunes, y posiblemente llegue a Cuba entre martes y miércoles. Haití y la República Dominicana también se preparan para fuertes lluvias y posibles inundaciones.
- Jamaica: Alto riesgo de inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra catastróficos.
- Cuba: Posible impacto de huracán entre martes y miércoles.
- Haití y República Dominicana: Fuertes lluvias e inundaciones.
Las autoridades instan a la población a permanecer en refugios seguros, especialmente en zonas montañosas, donde los vientos destructivos podrían causar graves daños en infraestructuras, cortes de energía y comunicaciones, aislando comunidades enteras.