Nicolás Barros Schelotto, hijo del emblemático Guillermo, se abre camino en el fútbol profesional defendiendo los colores de Gimnasia y Esgrima La Plata. A pesar de llevar el apellido de un ídolo de Boca Juniors, y ex entrenador que perdiera la final de la libertadores contra River, el joven mediocampista busca forjar su propia identidad en el deporte.
Un Apellido con Historia, Un Presente Propio
Para Nicolás, ser hijo de Guillermo es motivo de orgullo, aunque reconoce que el apellido conlleva una carga, especialmente al enfrentarse a River Plate, club que recuerda a su padre como el DT derrotado en la final de la Copa Libertadores 2018. Su debut como titular en el clásico platense ante Estudiantes ya le valió silbidos y cánticos, una muestra de la presión que implica el legado familiar.
A diferencia de su padre, Nicolás es zurdo, alto y se desempeña como mediocampista de marca. Su camino en el fútbol lo ha llevado a enfrentar desafíos particulares. Debutó en el clásico contra Estudiantes y ahora se prepara para jugar contra River en el Monumental, estadios donde seguramente se sentirá la presión de llevar el apellido Barros Schelotto.
El Destino Cruza Caminos
El calendario futbolístico ha dispuesto que Nicolás se enfrente a los dos clubes que marcaron la carrera de su padre: Estudiantes y River. Pero la historia no termina ahí. En la última fecha de la fase regular, Gimnasia se medirá ante Vélez Sarsfield, equipo dirigido nada menos que por Guillermo Barros Schelotto. Será un duelo inédito, un enfrentamiento familiar en el campo de juego.
Si bien Nicolás creció en un ambiente futbolero y es hincha de Gimnasia desde la cuna, solo vivió de cerca la etapa final de su padre como jugador del club. Ahora, le toca a él escribir su propia historia, buscando consolidarse en el fútbol argentino y demostrar su valía más allá del apellido que lleva en la espalda.
La Distancia Entre Guillermo y Tevez
En otro ámbito, Guillermo Barros Schelotto recientemente declaró no tener ningún tipo de relación con Carlos Tevez fuera del campo de juego, a pesar de haber compartido años gloriosos en Boca Juniors, incluyendo la obtención de la Copa Libertadores e Intercontinental en 2003. Esta declaración sorprendió a muchos, revelando una distancia entre dos figuras emblemáticas del fútbol argentino.