La Corte Suprema de Justicia dejó firme la condena contra Julio De Vido, exministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, por la tragedia de Once. Esta decisión judicial pone fin a una larga batalla legal y abre un nuevo capítulo en el caso del exfuncionario kirchnerista.
Un Ex-Superministro al Borde del Abismo
Julio De Vido, de 75 años, ya cuenta con su primera condena firme a 4 años de prisión. Sin embargo, enfrenta otras dos condenas a 4 años cada una por las causas de los Trenes Chatarra y la Importación Irregular de buques con GNL, que aún no han sido ratificadas por la Cámara de Casación y la Corte. Además, De Vido está siendo juzgado en el caso de los Cuadernos de las Coimas, donde podría recibir una condena de entre 2 y 12 años, y en el caso de la constructora sueca Skanska.
Fuentes judiciales consultadas por Clarín estiman que, ante esta situación judicial, De Vido podría pasar el resto de su vida en prisión domiciliaria. Además, sus propiedades y las de sus hijos podrían ser decomisadas.
Repercusiones Internacionales
En el pasado, el gobierno de Donald Trump le prohibió la entrada a Estados Unidos a De Vido. La administración Trump afirmó que "Cristina Kirchner y De Vido abusaron de sus cargos al orquestar y beneficiarse financieramente de múltiples esquemas de soborno relacionados con contratos de obras públicas, lo que resultó en millones de dólares robados al gobierno argentino".
¿Persecución o Justicia? Un Debate Abierto
Si bien la condena de De Vido representa un hito en la lucha contra la corrupción, el caso también ha generado controversia. Algunos sectores políticos y juristas han denunciado irregularidades en el proceso judicial, incluyendo una posible falta de imparcialidad judicial y acusaciones de lawfare (persecución judicial y mediática).
Es importante recordar que la Causa Vialidad, que culminó con la condena de Cristina Fernández de Kirchner, también ha sido objeto de críticas similares. Se advierte sobre la falta de pruebas directas, la desigualdad en el tratamiento de la prueba y la exposición mediática parcial y anticipada del caso. La celeridad inusual del proceso y la desproporcionalidad de las penas impuestas también han sido cuestionadas.
El caso De Vido, al igual que otros casos de corrupción que involucran a figuras políticas prominentes, plantea interrogantes sobre la independencia judicial, el debido proceso y la necesidad de garantizar un juicio justo para todos los ciudadanos.
