Fuerte tensión y despliegue policial en la previa del partido entre Independiente y Rosario Central. Pablo 'Bebote' Álvarez, conocido ex líder de una facción de la barra brava del 'Rojo', fue detenido junto a un numeroso grupo de personas en las cercanías del estadio Libertadores de América - Ricardo Bochini.
Detención Preventiva: Evitando la Violencia
La detención de 'Bebote' y su grupo, autodenominados 'Los Diablos Rojos', se produjo en la bajada de Los Siete Puentes, punto estratégico de acceso al estadio. La Policía Bonaerense actuó con celeridad, trasladando a los detenidos a la Comisaría Número 1 de Avellaneda, imputándoles el delito de 'intimidación pública y promoción del desorden en el marco de espectáculo deportivo'.
Según fuentes policiales, la medida se tomó como prevención ante la amenaza latente de enfrentamientos con la barra oficial del club, 'Los dueños de Avellaneda', quienes habían sido objeto de restricciones de acceso al estadio tras incidentes anteriores. La presencia de 'Bebote' y su facción, anunciada a través de redes sociales, elevó el riesgo de un conflicto mayor.
Refuerzo de Seguridad
Ante la situación, las autoridades decidieron ampliar el operativo de seguridad para el partido, incrementando el número de efectivos policiales de 450 a 570. El objetivo principal era disuadir cualquier intento de desorden y garantizar la seguridad de los asistentes al encuentro deportivo.
La policía informó que cuatro integrantes de la barra de Bebote Alvarez terminaron hospitalizados por balas de goma, uno de los cuales tendrá que ser intervenida quirúrgicamente.
Implicaciones Legales
A 'Bebote' y al resto de los barras se les aplicó el artículo 5 de la ley del deporte, que sanciona la instigación o promoción de grupos violentos. Se espera que permanezcan detenidos durante la noche y, posiblemente, sean liberados en las próximas horas.
- Delito Imputado: Intimidación pública y promoción del desorden.
- Base Legal: Artículo 5 de la ley del deporte.
- Medida Preventiva: Ampliación del operativo policial.
Este incidente pone de manifiesto la persistente problemática de la violencia en el fútbol argentino y la necesidad de medidas preventivas para garantizar la seguridad en los espectáculos deportivos.