El mundo de la música está de luto. Brian Wilson, cofundador y principal compositor de The Beach Boys, ha fallecido a los 82 años. La noticia fue confirmada por su familia, dejando un vacío en la industria y en los corazones de millones de fanáticos alrededor del mundo. Wilson, un auténtico visionario, revolucionó la música pop, elevando el estudio de grabación a la categoría de instrumento y dejando un legado imborrable que inspiró a generaciones de músicos.
Los inicios de una leyenda
Nacido en Inglewood, California, Wilson formó The Beach Boys junto a sus hermanos Dennis y Carl, su primo Mike Love y su amigo Al Jardine. Inicialmente conocidos como The Pendletones, el grupo lanzó su primer sencillo, “Surfin’”, bajo el sello Candix Records, quienes cambiaron el nombre de la banda sin su consentimiento. En 1962, firmaron con Capitol Records y lanzaron su álbum debut, “Surfin’ Safari”. Al año siguiente, “Surfin’ U.S.A.” se convirtió en su primer éxito en el Top 10 de Estados Unidos. En 1963, lanzaron tres álbumes: “Surfin’ U.S.A.”, “Surfer Girl” y “Little Deuce Coupe”. Paralelamente, Wilson comenzaba su carrera como productor para otros artistas, incluyendo a Jan and Dean y Donna Loren.
'Pet Sounds': Un antes y un después en la música pop
En 1964, tras sufrir un ataque de pánico debido a la exigente agenda de giras, Brian Wilson decidió dejar los escenarios y concentrarse en la producción y composición. En 1965, comenzó a trabajar en el innovador álbum “Pet Sounds”, considerado una obra maestra del pop experimental. Wilson lideró las sesiones de grabación, trabajando con los reconocidos músicos de estudio The Wrecking Crew. Aunque inicialmente “Pet Sounds” no tuvo el éxito comercial esperado, con el tiempo se convirtió en un álbum de culto y fue incluido en el Registro Nacional de Grabaciones de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos en 2004, reconociendo su importancia cultural, histórica y estética.
El proyecto inconcluso 'Smile' y desafíos personales
Wilson planeó un sucesor de “Pet Sounds” llamado “Smile”, que describió como una “sinfonía adolescente a Dios”, pero el proyecto fue abandonado tras continuos retrasos en 1967. A partir de entonces, su papel en la banda disminuyó. En 1968, ingresó en un centro psiquiátrico. Wilson luchó contra problemas de salud mental durante gran parte de su vida, incluyendo depresión, adicción a las drogas y un diagnóstico de trastorno esquizoafectivo. También habló públicamente sobre el abuso físico y emocional que sufrió a manos de su padre. A pesar de sus desafíos personales, el legado musical de Brian Wilson permanece intacto, consolidándolo como uno de los compositores más influyentes de la historia.
Las contribuciones de Wilson a la música son incalculables, desde la creación del "sonido surf de California" hasta la exploración de las posibilidades sónicas en el estudio. Su capacidad para evocar emociones a través de la música, especialmente el amor, lo convirtió en un artista universalmente reconocido. Su muerte marca el fin de una era, pero su música seguirá inspirando a las futuras generaciones.