El amistoso entre Brasil y Túnez previo al Mundial 2026 dejó a la afición brasileña con el corazón en la boca. A pesar de ser un partido de preparación, el encuentro estuvo lejos de ser un trámite para la selección sudamericana.
Un Comienzo Difícil para Brasil
Desde el inicio, Túnez demostró ser un rival complicado. La selección africana dominó los primeros compases del partido, sorprendiendo a un Brasil que parecía no encontrar su juego. La presión tunecina se tradujo en varias llegadas peligrosas al área brasileña, poniendo a prueba la defensa y el arquero.
La mayor preocupación para los hinchas brasileños fue el desempeño del arquero Bento. En dos salidas arriesgadas fuera del área, Bento casi comprometió el arco de Brasil. En una de ellas, la pelota quedó en poder de los tunecinos, generando una situación de peligro que pudo haber terminado en gol. Estas acciones generaron inquietud y pusieron en evidencia la necesidad de ajustes en la defensa y la comunicación entre el arquero y sus compañeros.
Gol Tempranero de Túnez
La presión tunecina dio sus frutos cuando Mastouri abrió el marcador para Túnez. Una jugada bien elaborada por el equipo africano culminó con un remate que dejó sin opciones a Bento. El gol desató la euforia en la tribuna, mayoritariamente ocupada por hinchas tunecinos, y aumentó la presión sobre Brasil.
Decathlon Arena: El Estadio con Nombre Propio
El partido se disputó en el Decathlon Arena, anteriormente conocido como Stade Pierre-Mauroy, en Lille, Francia. El estadio adoptó su nuevo nombre gracias a un acuerdo de naming rights con la empresa de artículos deportivos Decathlon. Este acuerdo, valorado en 6 millones de euros por cinco años, refleja la creciente tendencia de las marcas a asociarse con el mundo del deporte y el entretenimiento.
Este partido dejó muchas dudas en el equipo de Carlo Ancelotti y mucho trabajo por delante.