El Vasco da Gama se enfrenta al Grêmio en un partido crucial por la 34ª jornada del Brasileirão Betano. El encuentro, que se disputará en la Arena do Grêmio, es vital para las aspiraciones del equipo carioca de clasificar a la próxima Libertadores. Sin embargo, el Vasco llega a este compromiso con una racha negativa de tres derrotas consecutivas y la presión sobre el mediocampista Philippe Coutinho aumenta.
Coutinho bajo la lupa: ¿Podrá revertir la situación?
Philippe Coutinho, la estrella del Vasco, no ha participado directamente en un gol de su equipo en más de un mes. Esta sequía ha generado críticas y expectativas sobre su rendimiento en el partido contra el Grêmio. A pesar de esto, Coutinho acumula 11 goles y cinco asistencias en 49 partidos en la temporada, demostrando su importancia en el esquema del equipo.
Bajas sensibles y un historial complicado
El técnico Fernando Diniz tendrá que lidiar con importantes bajas para este partido. Cuesta y Andrés Gómez se encuentran con la selección colombiana, mientras que Paulo Henrique está suspendido. Además, el Vasco deberá romper un tabú de 19 años sin victorias en el estadio del Grêmio.
Pendientes y en riesgo: la situación disciplinaria
Además de las bajas por convocatoria y suspensión, el Vasco tiene tres jugadores al borde de la suspensión por acumulación de tarjetas amarillas: Coutinho, Tchê Tchê y Paulinho. La posible ausencia de Coutinho sería un golpe duro para el equipo, considerando su rol fundamental en el mediocampo.
El objetivo: sumar puntos para la Libertadores
Con 42 puntos y ubicado en la 11ª posición, el Vasco necesita sumar puntos para mantenerse en la pelea por un lugar en la próxima Libertadores. El partido contra el Grêmio representa una oportunidad crucial para revertir la racha negativa y reafirmar sus aspiraciones en el campeonato.
¿Podrá el Vasco superar los obstáculos y conseguir la victoria en Porto Alegre?
- La presión sobre Coutinho para que recupere su mejor nivel.
- Las importantes bajas en la defensa y el mediocampo.
- La necesidad de romper el tabú de no haber ganado nunca en el estadio del Grêmio.