El sudeste asiático enfrenta una crisis humanitaria tras ser azotado por severas tormentas que han provocado inundaciones y deslizamientos de tierra devastadores. Más de 600 personas han perdido la vida y cientos permanecen desaparecidas en Indonesia, Tailandia, Malasia y Sri Lanka, según informan agencias de noticias internacionales.
Indonesia, la más afectada
Indonesia ha sido el país más golpeado, con al menos 303 fallecidos. La isla de Sumatra ha sufrido especialmente los embates de la naturaleza, con pueblos enteros arrasados y miles de familias desplazadas. Las operaciones de rescate se ven obstaculizadas por la destrucción de carreteras y líneas de comunicación, lo que dificulta el acceso a las zonas más afectadas.
Tailandia y Malasia también sufren
Tailandia ha reportado 162 muertes, mientras que en Malasia se han confirmado al menos dos. Las intensas lluvias, impulsadas por un ciclón tropical inusual en el estrecho de Malaca, han provocado inundaciones generalizadas y el desplazamiento de miles de personas.
Sri Lanka bajo el agua
Sri Lanka también ha sufrido el impacto de una tormenta separada, con al menos 153 fallecidos. Las fuertes lluvias se están extendiendo hacia la costa sur de la India, lo que ha llevado a la cancelación de vuelos y ha generado preocupación en las autoridades.
Rescate contra el tiempo
Equipos de rescate trabajan contrarreloj para encontrar a los desaparecidos, pero la magnitud de la catástrofe y las condiciones climáticas adversas dificultan las tareas. La falta de equipos pesados y el daño a las infraestructuras complican aún más la situación. La comunidad internacional ha comenzado a movilizar ayuda para apoyar a los países afectados.
Un testimonio desgarrador
Arini Amalia, residente de la provincia de Aceh en Indonesia, relató a la BBC cómo la corriente arrastró su casa en cuestión de segundos. Meri Osman, de Sumatra Occidental, fue arrastrado por la corriente y logró sobrevivir aferrándose a un tendedero hasta ser rescatado. Estos testimonios reflejan la magnitud del sufrimiento y la desesperación que se viven en la región.