Mondelez Argentina frena la producción: ¿Señal de alarma para la economía?
La planta de Mondelez en General Pacheco, Tigre, ha anunciado una suspensión total de actividades por 21 días, afectando a sus 2.300 trabajadores. Esta medida, que se extenderá desde el 14 de diciembre hasta el 5 de enero, ha generado preocupación en el sector y encendido las alarmas sobre el estado de la economía argentina.
En esta planta se fabrican productos tan populares como Oreo, Pepitos, Milka, y muchas otras golosinas y alimentos. La decisión de la empresa, según los delegados gremiales, es “inédita”, ya que nunca antes se había interrumpido la producción de esta manera.
¿Qué hay detrás de esta decisión?
Según fuentes internas, la principal razón detrás de esta parada es el sobrestock. “Los mayoristas están stockeados y otros no compran. Tenemos el depósito lleno, entonces no amerita producir”, explicaron desde la empresa.
El secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA), Sergio Escalante, informó que, tras negociaciones, se acordó un esquema de vacaciones y licencias pagas para evitar suspensiones. Además, se anunció un bono de fin de año de $525.000, que se abonará el 11 de diciembre y liquidado en enero para evitar descuentos impositivos.
La versión de Mondelez
Desde Mondelez Argentina, se comunicó que la medida responde a una “situación propia de la planificación y adecuación operativa, a fin de mantener la sustentabilidad de la actividad a largo plazo”. Afirman que se realizarán tareas de mantenimiento planificado y se otorgarán licencias.
¿Un presagio de lo que vendrá?
La situación en Mondelez se suma a otros indicadores preocupantes de la economía argentina, como la baja en ventas y exportaciones que obligó a Stellantis a adelantar vacaciones en Córdoba. La pregunta que surge es si este freno en la producción de una empresa líder en el sector alimentario es un anticipo de mayores dificultades para la industria y el empleo en el futuro cercano.
La crisis económica golpea fuerte y las empresas buscan alternativas para sobrellevar la situación. Los trabajadores, por su parte, temen por su futuro y exigen medidas que protejan sus puestos de trabajo y sus ingresos. El panorama es incierto y requiere de un análisis profundo para evitar consecuencias aún más graves.