Tras una actuación decepcionante en el primer partido de las Finales de la NBA 2025, Chet Holmgren, el pívot estrella de los Oklahoma City Thunder, resurgió con fuerza en el segundo encuentro, contribuyendo significativamente a que su equipo empatara la serie 1-1. Shai Gilgeous-Alexander también brilló, pero la mejora de Holmgren fue clave para la victoria.
La reacción de Holmgren tras un mal inicio
Después del primer partido, donde Holmgren tuvo problemas, la presión estaba sobre él para el segundo encuentro. El entrenador Mark Daigneault destacó la juventud de Holmgren y Jalen Williams, ambos seleccionados en el draft de 2022, y la exigencia que se les impone en un escenario tan importante. Daigneault resaltó que no es común que jugadores de tercer año tengan un papel tan crucial en las Finales.
"Han labrado roles enormes en nuestro equipo, son una gran razón por la que estamos aquí", afirmó Daigneault. "Están en una posición poco común para jugadores de tercer año. Normalmente, rendir en las Finales no está en el programa para jugadores de tercer año, y ellos se han metido en esa situación, lo cual es un mérito para ellos".
Un cambio de actitud clave
En el segundo partido, Holmgren demostró una actitud más agresiva desde el principio. Jugó una defensa física y eficaz sobre Myles Turner, luchando en la zona y buscando espacios en el rango medio y largo para tiros limpios. En 28 minutos de juego, Holmgren anotó 15 puntos, capturó 6 rebotes y realizó un bloqueo, con un 54.5% de acierto en tiros de campo. Su rendimiento fue una mejora notable respecto al primer partido.
El silencio como motivación
Curiosamente, Shai Gilgeous-Alexander reveló que nadie habló con Holmgren después del primer partido para animarlo. Permitieron que el jugador trabajara por sí mismo para superar sus dificultades. Esta estrategia pareció funcionar, ya que Holmgren mostró una gran determinación y confianza en el segundo encuentro.
- Juego 1: Actuación decepcionante de Holmgren.
- Juego 2: Resurgimiento de Holmgren con 15 puntos y 6 rebotes.
- Clave: Mayor agresividad y confianza en el segundo partido.