La Casa Blanca se encuentra en el centro de una controversia tras la publicación de un video en su cuenta de X (anteriormente Twitter) que utilizaba la canción "Juno" de la cantante Sabrina Carpenter con imágenes de agentes de inmigración deteniendo migrantes. La polémica escaló rápidamente cuando la propia Carpenter calificó el video de "malvado y asqueroso".
El video original, que ya ha sido eliminado de la cuenta de X de la Casa Blanca pero aún permanece en TikTok sin el audio de Carpenter, mostraba clips de oficiales del ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) deteniendo inmigrantes, algunos de ellos esposados y reducidos en el suelo. La letra repetitiva de la canción, "¿Alguna vez probaste esta?", se sincronizaba con las diferentes escenas de las detenciones.
La reacción de Sabrina Carpenter no se hizo esperar. En respuesta a la publicación, que desde entonces ha sido eliminada, la cantante escribió: "Este video es malvado y asqueroso. No me involucren a mí ni a mi música para beneficiar su agenda inhumana." Su comentario rápidamente acumuló más de 1.7 millones de "me gusta".
La controversia no terminó ahí. Antes de eliminar el video, la Casa Blanca respondió a Carpenter utilizando sus propias letras en una declaración a CNN a través de su portavoz Abigail Jackson: "Aquí hay un mensaje Corto y Dulce para Sabrina Carpenter: no nos disculparemos por deportar a peligrosos criminales ilegales, asesinos, violadores y pedófilos de nuestro país. Cualquiera que defienda a estos monstruos enfermos debe ser estúpido, ¿o es lento?"
Este incidente ha generado un intenso debate sobre el uso de la música en contextos políticos y la responsabilidad de las figuras públicas al respecto. Si bien no está claro por qué la Casa Blanca eliminó el video, algunos artistas han protestado en el pasado por el uso no autorizado de su música por parte de la administración Trump, obligándola a retirar dichas publicaciones por motivos de derechos de autor.
¿Libertad de expresión o apropiación indebida?
El debate sobre este caso plantea interrogantes sobre los límites de la libertad de expresión y el derecho de los artistas a controlar el uso de su obra. ¿Tiene la Casa Blanca el derecho a utilizar la música de un artista para promover su agenda política, incluso si el artista se opone? ¿Dónde se traza la línea entre la crítica política y la apropiación indebida?
Un precedente peligroso
Este incidente podría sentar un precedente peligroso para el uso de la música en la política. Si la Casa Blanca puede utilizar la música de un artista sin su consentimiento, ¿qué impide que otros actores políticos hagan lo mismo? Esto podría tener un efecto escalofriante en la creatividad artística y la libertad de expresión.