Gonzalo 'Pity' Martínez, tras una extensa recuperación, ha vuelto a sumar minutos en River Plate, generando expectativas y abriendo interrogantes sobre su rol en el equipo. Su participación reciente ante Urawa Red Diamonds ha reavivado el debate sobre su potencial para ocupar el lugar de Sebastián Driussi, quien se encuentra lesionado.
El Retorno de un Ídolo
Después de superar una distensión en el sóleo izquierdo que lo mantuvo alejado de las canchas desde marzo, el regreso del Pity Martínez es una inyección de ánimo para la afición riverplatense. Su reaparición no solo significa la vuelta de un jugador talentoso, sino también la de un referente que dejó una huella imborrable en la historia reciente del club, especialmente con el recordado tercer gol en la final de la Copa Libertadores en Madrid.
¿El Elegido por Gallardo?
Si bien Miguel Borja se perfila como la opción principal para suplir a Driussi, y Maximiliano Meza era considerado como una alternativa con cambio de esquema, el buen desempeño de Martínez en los minutos que disputó ha puesto su nombre en la mesa de discusión. Su habilidad para moverse, pedir la pelota y generar peligro en el área rival lo convierten en un candidato valioso.
Una Marca Histórica
Más allá de la competencia por un puesto en el once titular, el Pity Martínez ha logrado un hito importante en su carrera: convertirse en el único jugador en la historia de River Plate en disputar tres Mundiales de Clubes con la camiseta del club. Participó en las ediciones de 2015 y 2018, y ahora suma una nueva presencia en el torneo.
El Legado del Pity
Con este logro, el Pity Martínez consolida aún más su lugar en la historia de River Plate. Su nombre ya está grabado entre los ídolos del club, y su ambición de ganar una tercera Copa Libertadores con la banda roja en 2025 lo convierte en una figura a seguir de cerca. Su regreso al ruedo abre un abanico de posibilidades para el equipo y genera una sana competencia interna que puede ser beneficiosa para todos.