Arrepentimiento en Wolves: ¿Fue un error vender a Diogo Jota al Liverpool?

Arrepentimiento en Wolves: ¿Fue un error vender a Diogo Jota al Liverpool?

El traspaso de Diogo Jota al Liverpool en 2020 por 45 millones de libras sigue generando debate y, en algunos casos, arrepentimiento. Jeff Shi, presidente del Wolverhampton Wanderers, admitió recientemente que la venta del delantero portugués pudo haber sido un error costoso para su club.

Un fichaje discreto con impacto inmediato

La llegada de Jota al Liverpool no generó la misma expectación que otros fichajes estrella. Sin embargo, el portugués rápidamente demostró su valía, aportando velocidad, verticalidad y una notable capacidad goleadora al ataque de los 'Reds'. Lo que inicialmente se consideró un fichaje para dar profundidad a la plantilla, se convirtió en una opción vital y, en ocasiones, en titular indiscutible.

En sus 182 apariciones con el Liverpool, Jota ha marcado 65 goles, a pesar de haber sufrido varias lesiones. Su contribución ha sido fundamental para la obtención de títulos como la Premier League, la FA Cup y la League Cup.

El arrepentimiento del presidente de los Wolves

Jeff Shi, en declaraciones al podcast 'Business of Sport', reconoció que lamenta la decisión de vender a Jota. Explicó que en ese momento el jugador sufría lesiones recurrentes y su rendimiento no era el óptimo. Además, el entonces entrenador, Nuno Espirito Santo, prefería mantener a Adama Traoré en el equipo.

"En los últimos ocho o nueve años, creo que no deberíamos haber vendido a Diogo Jota", afirmó Shi. "En ese momento, hablé con Nuno y él dijo que podíamos vender a uno de los jugadores, tal vez Diogo, Adama, lo que sea. Entonces Nuno eligió que Adama se quedara, porque pensaba que Adama era muy importante para su forma de jugar."

A pesar de las circunstancias, Shi admitió que Jota demostró su valía en el Liverpool y se alegró por su éxito. Sin embargo, reconoció que la venta del portugués pudo haber sido un error estratégico para los Wolves.

La historia de Diogo Jota es un ejemplo de cómo un fichaje discreto puede convertirse en una pieza clave para un equipo grande, y cómo las decisiones en el mundo del fútbol pueden generar arrepentimiento a largo plazo.