Cada 4 de julio, Estados Unidos se viste de fiesta para celebrar su Día de la Independencia. La fecha conmemora un hito fundamental en la historia del país: la declaración de independencia de Gran Bretaña en 1776. A lo largo y ancho del territorio estadounidense, la celebración se manifiesta con desfiles coloridos, conciertos vibrantes, espectaculares fuegos artificiales y reuniones familiares donde se degustan platos típicos.
Un Proceso de Emancipación Gradual
La independencia de Estados Unidos no fue un evento repentino, sino el resultado de un largo proceso que se inició con la llegada de los primeros colonos británicos a Jamestown, Virginia, en 1607. A mediados del siglo XVIII, las Trece Colonias británicas a lo largo de la costa este ya habían consolidado su presencia y desarrollado un sentido de identidad colectiva.
El Primer Congreso Continental y el Descontento Colonial
En 1774, representantes de las Trece Colonias se reunieron en secreto en el Primer Congreso Continental en Filadelfia, Pensilvania, impulsados por el creciente descontento ante el aumento de los impuestos impuestos por la corona británica. En este encuentro, figuras clave como George Washington, John Adams y Samuel Adams sentaron las bases para la futura independencia.
La Declaración de Independencia: Un Mito con Fecha Incorrecta
Contrario a la creencia popular, la Declaración de Independencia no se firmó el 4 de julio. El Segundo Congreso Continental votó a favor de la Declaración el 2 de julio. La fecha del 4 de julio corresponde a la aprobación del documento escrito y su posterior impresión y distribución por todo el país. La firma formal del documento se inició el 2 de agosto y se extendió hasta finales de noviembre.
Mitos Desmentidos sobre el 4 de Julio
Existen varios mitos en torno al Día de la Independencia. Uno de ellos es que Paul Revere cabalgó solo para advertir sobre el avance de las tropas británicas. En realidad, Revere formaba parte de un grupo de mensajeros que alertaron a los milicianos coloniales. Otro mito común es que la campana de la Libertad sonó el 4 de julio de 1776. Sin embargo, la campana había sido dañada y no se reparó hasta después de la Declaración de Independencia.
Más allá de los mitos, el 4 de julio sigue siendo un símbolo poderoso de la lucha por la libertad y la autodeterminación, un día para celebrar la historia y los valores que definen a los Estados Unidos.