El tenista argentino Francisco Comesaña (73º del ranking) debutó con una sólida victoria en el ATP 250 de Kitzbuhel, Austria, superando al estadounidense Tristan Boyer (126º) por 6-3 y 7-6(1). El partido, marcado por reiteradas interrupciones debido a la lluvia, puso a prueba la concentración del argentino, quien llegó al club a las 8 de la mañana y finalizó su encuentro pasadas las 5:30 de la tarde (hora local).
Más allá de la victoria, el encuentro tuvo un detalle curioso: el rival de Comesaña, Tristan Boyer, fue visto consultando un cuaderno con apuntes sobre el juego del argentino en cada cambio de lado. Una estrategia poco usual que no impidió el triunfo de Comesaña.
El partido comenzó con un quiebre en contra para Comesaña, pero el argentino reaccionó rápidamente, encadenando cuatro juegos consecutivos gracias a su potencia y paciencia en la construcción de los puntos. El segundo set fue más parejo, sin roturas de servicio hasta el tiebreak. Allí, Comesaña demostró su superioridad y selló la victoria con un contundente 7-1.
Además de Comesaña, Mariano Navone también logró una importante victoria en Umag, Croacia, mientras que Facundo Bagnis no pudo avanzar en el torneo austriaco. El triunfo de Comesaña lo consolida como uno de los candidatos a pelear por el título en Kitzbuhel.
Próximos desafíos para Comesaña
Tras su victoria ante Boyer, Francisco Comesaña se prepara para afrontar los siguientes partidos en el ATP 250 de Kitzbuhel. El argentino buscará seguir avanzando en el torneo y consolidarse como uno de los principales contendientes al título. Su próximo rival aún está por definirse, pero Comesaña se muestra confiado en su juego y en su capacidad para adaptarse a las condiciones climáticas adversas.
El análisis del partido
- Concentración: Comesaña demostró una gran capacidad para mantener la concentración a pesar de las interrupciones por la lluvia.
- Potencia: Su potencia desde el fondo de la cancha fue clave para dominar los puntos.
- Paciencia: La construcción paciente de los puntos le permitió superar los momentos difíciles.