La reciente visita de la presidenta Dina Boluarte a la isla Santa Rosa, en Loreto, Perú, se vio ensombrecida por la creciente tensión diplomática entre Perú y Colombia. El distrito de Santa Rosa se encuentra en la isla Chinería, en la frontera con Colombia, una ubicación estratégica que ha exacerbado las tensiones bilaterales.
El incidente de la bandera y la provocación de Quintero
La controversia escaló cuando una bandera colombiana fue izada en la isla Chinería. Inicialmente, se especuló sobre la autoría de este acto, calificado como provocador por la clase política peruana. Posteriormente, se reveló que Daniel Quintero, exalcalde de Medellín y cercano al presidente colombiano Gustavo Petro, fue quien izó la bandera. Quintero publicó un video en la red social X donde justifica su acción, alegando la defensa del río Amazonas y criticando la pérdida de territorio colombiano en el pasado.
"De ninguna manera dejaré perder el río Amazonas a manos de Perú. Ya nos robaron demasiado con Panamá y el mar de San Andrés con Nicaragua", declaró Quintero, añadiendo "No podemos llorar como niños lo que no pudimos defender como hombres”. Sus publicaciones, incluyendo una foto con la bandera en la isla, han intensificado el conflicto.
La respuesta peruana y el trasfondo del conflicto
La Cancillería peruana emitió un comunicado expresando su rechazo a las declaraciones de Petro, quien ha negado la soberanía peruana sobre Santa Rosa de Loreto. Este incidente se suma a otros eventos recientes, como la incursión de un avión militar colombiano en espacio aéreo peruano y el despliegue de un contingente policial en la zona fronteriza, que han elevado la tensión entre ambos países.
Implicaciones y futuro de las relaciones bilaterales
La situación actual ha reducido las relaciones diplomáticas entre Perú y Colombia a encargados de negocios desde 2023. La controversia en torno a la isla Chinería y las acciones de figuras políticas como Daniel Quintero complican aún más la posibilidad de una pronta reconciliación. El futuro de las relaciones bilaterales dependerá de la capacidad de ambos gobiernos para abordar las diferencias de manera diplomática y evitar acciones que puedan exacerbar aún más la tensión.