Cada septiembre, México se viste de fiesta para conmemorar el inicio de su Independencia. Pero, ¿alguna vez te preguntaste por qué el famoso "Grito" se da la noche del 15 y no el 16, fecha en que Miguel Hidalgo lo pronunció originalmente en 1810?
El Origen del Grito: Una Tradición en Evolución
Inicialmente, la celebración tenía lugar en la madrugada del 16 de septiembre, siguiendo el ejemplo de Hidalgo. Sin embargo, con el tiempo, figuras como José María Morelos y presidentes como Guadalupe Victoria y Porfirio Díaz moldearon la tradición hasta convertirla en lo que conocemos hoy: el Grito de Independencia la noche del 15, alrededor de las 11 p.m., desde el balcón de Palacio Nacional.
Según el libro “El grito de Independencia: historia de una pasión nacional” de Fernando Serrano Migallón, el evento inició a las 11 de la noche del 15 de septiembre cuando el presidente Madero salió al balcón de Palacio Nacional acompañado de su gabinete. Entonces tocó la famosa campana de Dolores mientras lanzaba vivas a Hidalgo y a la Independencia, la multitud celebró el inicio del movimiento insurgente con un grito “no de ira, sino de amor patrio”.
El Grito en la Revolución Mexicana: Celebraciones en Tiempos Turbulentos
Incluso durante la convulsa época de la Revolución Mexicana, hubo momentos para conmemorar el inicio de la Independencia. Tras el derrocamiento de Porfirio Díaz, Francisco I. Madero, conocido como el "Apóstol de la democracia", encabezó la celebración en Palacio Nacional en septiembre de 1912. Sin embargo, su mandato fue breve y trágico, siendo asesinado al año siguiente.
El gobierno de Victoriano Huerta también celebró el Grito, dejando un registro de cómo incluso en tiempos de conflicto, el espíritu independentista permanecía vivo.
Un Legado de Celebración y Patriotismo
Más allá de la fecha exacta, el Grito de Independencia representa un símbolo de unidad y orgullo nacional para los mexicanos. Es un momento para recordar a los héroes que lucharon por la libertad y reafirmar el compromiso con los valores patrios.