¿Toronto FC sentó un precedente peligroso con Insigne?
El Toronto FC sorprendió al mundo del fútbol en 2022 con el fichaje de Lorenzo Insigne, convirtiéndose en el contrato más lucrativo en la historia de la MLS. Sin embargo, ¿este movimiento sentó un precedente que otros clubes de la liga están dispuestos a igualar, mientras que el propio Toronto FC quizás no pueda permitírselo nuevamente?
El fichaje de Insigne, procedente del Napoli tras ganar la EURO 2020, fue una declaración de intenciones. Llegó como agente libre, pero con un salario anual superior a los 14 millones de dólares, superando incluso los ingresos máximos de Zlatan Ibrahimović en la MLS.
Era una apuesta arriesgada. Insigne, con 30 años, aportaba experiencia europea y atractivo mediático a un club y una liga que buscaban relevancia global de cara al Mundial de 2026. El fichaje generó titulares y ventas de entradas, pero el rendimiento en el campo no estuvo a la altura.
Desde la llegada de Insigne, el Toronto FC ha languidecido en la parte baja de la Conferencia Este. Lesiones, irregularidad y problemas en el vestuario convirtieron el alto salario del italiano en una advertencia en lugar de un modelo de éxito.
Otros clubes de la MLS apuntan alto
A pesar de la experiencia del Toronto FC, otros clubes de la MLS parecen decididos a seguir una estrategia similar. El Orlando City estuvo cerca de fichar a Richarlison del Tottenham Hotspur este verano, mientras que LAFC ya incorporó a Son Heung-min, también procedente del Tottenham.
Según ESPN Brasil, el Orlando City mantuvo conversaciones serias para fichar al internacional brasileño, pero las negociaciones fracasaron cuando el Tottenham se negó a bajar su precio de venta de 40 millones de euros (46,4 millones de dólares).
El hecho de que un club de la MLS pueda siquiera considerar una cifra así demuestra el progreso de la liga en términos de ambición y poder adquisitivo. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿el fichaje de Insigne creó un listón demasiado alto?
La revelación del interés en Richarlison ilustra tanto el progreso de la MLS como sus límites. La propiedad del Orlando City, la familia Wilf (también dueña de los Minnesota Vikings de la NFL), está dispuesta a invertir, pero ¿es sostenible a largo plazo?