Bolivia sin el MAS: Un Giro a la Derecha en el Balotaje
Bolivia se prepara para un balotaje histórico el próximo 19 de octubre, marcando un antes y un después en la política del país. Por primera vez en dos décadas, la izquierda boliviana, tradicionalmente representada por el Movimiento al Socialismo (MAS), no figura como opción para la presidencia. En su lugar, los votantes deberán elegir entre dos candidatos de derecha: Rodrigo Paz Pereira, de centroderecha, y Jorge 'Tuto' Quiroga, de corte neoliberal.
Este cambio drástico se produce en un contexto de crisis política y económica que ha afectado profundamente al país andino. La primera vuelta, celebrada el 17 de agosto, sorprendió a muchos, ya que las encuestas preveían un triunfo del empresario Samuel Doria Medina. Sin embargo, fue Rodrigo Paz Pereira, senador del Partido Demócrata Cristiano e hijo del ex presidente Jaime Paz Zamora, quien se alzó con el primer lugar con el 32% de los votos.
En segundo lugar quedó el ex presidente Tuto Quiroga, con un 27% de los votos. Quiroga ha basado su campaña en la promesa de desmantelar las políticas implementadas por el MAS durante sus años en el poder.
El Declive del MAS: Divisiones Internas y un Legado Controvertido
El MAS, fundado en 1995, dominó la escena política boliviana desde 2005, ganando las elecciones presidenciales con amplios márgenes. Sin embargo, el partido enfrenta ahora su mayor crisis, producto de divisiones internas y la inhabilitación de Evo Morales para presentarse como candidato a la presidencia a finales de 2024.
Morales, en un intento por influir en el resultado electoral, llamó a sus seguidores a votar en blanco, una estrategia que resultó en un 19% de votos nulos. Además, el senador Andrónico Rodríguez, un histórico militante del MAS, se presentó como candidato independiente, obteniendo un 8.5% de los votos. La fragmentación del voto de izquierda ha allanado el camino para un balotaje dominado por la derecha.
El futuro de Bolivia pende de un hilo. La elección entre Paz Pereira y Quiroga definirá el rumbo del país en los próximos años, marcando un posible alejamiento de las políticas de izquierda que han caracterizado a Bolivia durante gran parte del siglo XXI.