La expulsión de Cristiano Ronaldo en el reciente partido contra Irlanda ha generado una ola de controversia y preocupación en Portugal. El astro portugués, conocido por su temperamento competitivo, vio la tarjeta roja tras un codazo a un defensor irlandés, una acción que, sumada a sus gestos posteriores hacia la tribuna, ha desatado duras críticas en su país.
¿Qué pasó exactamente?
En un encuentro tenso y decisivo para las Eliminatorias mundialistas de la UEFA, Cristiano Ronaldo protagonizó un forcejeo con Dara O’Shea, defensor irlandés. Inicialmente, el árbitro amonestó al portugués, pero tras la revisión del VAR, la decisión cambió a expulsión por un codazo. La reacción de Ronaldo, aplaudiendo irónicamente a la afición local, solo intensificó la hostilidad en el estadio.
¿Peligra su participación en el Mundial 2026?
La gran pregunta que se hacen los aficionados portugueses es si esta expulsión podría costarle a Cristiano Ronaldo el debut en el Mundial 2026. La respuesta, lamentablemente, es sí. Si bien la suspensión automática por la tarjeta roja le impedirá jugar el próximo partido contra Armenia, la sanción podría ser mayor.
El reglamento de la FIFA es claro
El Código Disciplinario de la FIFA establece una suspensión de al menos tres partidos para agresiones como la que cometió Cristiano Ronaldo. Si Portugal clasifica directamente al Mundial y se le aplica esta sanción, el capitán portugués se perdería los dos primeros partidos del torneo en Estados Unidos, Canadá y México.
¿Hay motivos para la esperanza?
A pesar del panorama sombrío, la prensa europea no ha especulado fuertemente con la aplicación de una sanción tan severa. Sin embargo, la incertidumbre persiste y los aficionados portugueses aguardan con inquietud la decisión final de la FIFA. La ausencia de Cristiano Ronaldo en los primeros partidos del Mundial sería un golpe duro para las aspiraciones de Portugal en el torneo.
El mundo del fútbol está en vilo, esperando saber si uno de sus máximos ídolos podrá estar presente en el inicio de la máxima cita mundialista. La decisión está en manos de la FIFA, y los aficionados portugueses cruzan los dedos para que la sanción no sea tan drástica.