Un reciente estudio del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) revela la preocupante presencia de arsénico en el agua en diversas regiones de Argentina, poniendo en riesgo la salud de millones de personas. El mapa detallado, liderado por el Dr. Jorge Daniel Stripeikis, identifica las zonas más afectadas y advierte sobre los peligros de la exposición prolongada a este elemento tóxico.
¿Dónde se encuentra el mayor riesgo de arsénico en el agua?
El informe del ITBA señala que la llanura Chacopampeana, que abarca extensas áreas de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, el sur de Santa Fe y sectores de La Pampa, presenta las concentraciones más elevadas de arsénico en el agua, superando los 50 ppb (partes por billón). Particularmente, un 70% de la provincia de Buenos Aires se encuentra en riesgo, especialmente en el corredor de la Ruta 5, afectando localidades como 9 de Julio, Bragado, Casares y Trenque Lauquen, así como zonas cercanas a Mar del Plata.
Además, el estudio destaca zonas en “precaución” (entre 10 y 50 ppb) que se extienden hacia el norte, incluyendo partes de Santiago del Estero, Chaco y Tucumán. Las áreas con niveles inferiores a 10 ppb, considerados seguros según estándares internacionales, están marcadas en verde en el mapa.
¿Por qué hay arsénico en el agua?
Según el Dr. Stripeikis, la contaminación por arsénico es mayoritariamente natural, originada por fenómenos geológicos ocurridos hace millones de años durante la formación de la Cordillera de los Andes. Este elemento, presente en la corteza terrestre, se disuelve en el agua subterránea.
Riesgos para la salud: la importancia de actuar
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la exposición prolongada al arsénico, incluso en bajas concentraciones, puede causar graves problemas de salud, incluyendo cáncer y enfermedades crónicas. Se estima que alrededor de 4 millones de personas en Argentina podrían estar expuestas a efectos adversos debido al consumo de agua o alimentos contaminados.
Es fundamental que las autoridades tomen medidas urgentes para mitigar este problema, garantizando el acceso a agua potable segura para todos los ciudadanos. La concientización sobre los riesgos y la implementación de sistemas de monitoreo y tratamiento del agua son cruciales para proteger la salud pública.
- Monitoreo constante: Realizar análisis regulares del agua para detectar la presencia de arsénico.
- Sistemas de tratamiento: Implementar tecnologías efectivas para eliminar el arsénico del agua potable.
- Información pública: Informar a la población sobre los riesgos y las medidas de prevención.
- Inversión en infraestructura: Mejorar la infraestructura de suministro de agua para garantizar la calidad del agua que llega a los hogares.